AMBERES


Si se pudiera atribuir a las ciudades cualidades humanas , sería justo señalar a Amberes como una urbe franca y siempre rompedora.

Un primer contacto con la “capital” flamenca nos permite desterrar la imagen que la asociaba con la vida portuaria.

En los últimos tiempos, sin embargo, Amberes se ha dado a sí misma la oportunidad de crecer. El potencial del principal centro mundial de comercio y talla de diamantes siempre ha estado ahí: su visión vanguardista y su riqueza patrimonial no han variado, pero sí sus ganas de estar a la cabeza del Viejo Continente.

Resulta sorprendente el cambio experimentado por la ciudad en tan sólo unos lustros. Muchos relacionaran esta transformación con el Flanders Fashion Institute y los “Seis de
Amberes”, pero lo cierto es que la urbe ha volado con alas propias, dejándose llevar, casi siempre, por una especie de sexto sentido. Quizás por esa razón, sólo aquí podría convertirse una iglesia barroca en una sala de conciertos – Sint-Augustinus – y unos muelles abandonados – Het Eilandje – en el barrio de moda más codiciado por la burguesía.
Los perfiles de la ciudad son cada vez más heterogéneos mostrando una inusitada capacidad de convivencia serena. La imponente fachada de la Estación contrasta con las agujas y la torre de la gótica catedral de Nuestra Señora; con las mansiones modernistas de la avenida Cogels-Osylei. La urbe ha sabido abandonarse a manos expertas, redibujando así una y mil veces su trazado con el cambio de los tiempos.

Dejarse llevar por el azar en Amberes resulta siempre la apuesta acertada, porque sólo así uno logra descubrir todo lo que ésta tiene que ofrecer, ya sea entre las umbrías callejas empedradas del casco viejo o en la ciudad del futuro, a lo largo de la margen derecha del río. El dominical mercado de los pájaros en Theaterplein, los anticuarios de Kloosterstraat, el vaivén de turistas y estudiantes en el Museo de la Moda… Todos sus semblantes quedan entonces a la vista y la gran dama flamenca se nos aparece entonces, animada y vitalista, para demostrarnos que la huella mediterránea está presente aquí.

Teresa Plaza

Amberes es, además de la urbe más grande de Flandes, la ciudad de Rubens, el centro mundial del diamante y la cuna de la moda belga.

La riqueza de esta ciudad está patente en cada una de sus calles, con edificios señoriales, palacios, iglesias y otros templos. Su clima marítimo moderado está influenciado por el paso del Escalda a través de la urbe, que con casi 500.000 habitantes se ha convertido en la segunda ciudad más poblada de Bélgica.

El símbolo de Amberes es una mano cortada. La leyenda cuenta que el Escalda estaba hace tiempo dominado por el gigante, Duroon Antigoon, que exigía que todo aquel que pasara por el río le pagase un peaje, Aquel que se negase, corría el riesgo de que el gigante le cortara la mano. Esta cruel costumbre se vio finalizada cuando Silvio Brabo, un centurión romano, consiguió matar al gigante y arrojó su mano cortada al Escalda.

Como recuerdo, queda una fuente de bronce, realizada en el año 1887 por el escultor amberino Jef Lambeaux, situada en la Plaza Mayor de la ciudad. Se trate de un cuento o no, los habitantes de Amberes aún siguen honrando y agradeciendo a Silvio Brabo su liberación.

Debido a un pasado profundamente ligado a España, Amberes es la ciudad de los “sinjoren”. Es este un sobrenombre de procedencia española, derivado del vocablo castellano “señor”.

Pero la historia del lugar comienza mucho antes, pues existen restos de la era galo-romana , que atestiguan que la zona junto al recodo del Escalda ya se encontraba habitada en los siglos II y III de nuestra era.

La población vivió su primer periodo de expansión económica, en el siglo XIV, pasando a ser el corazón financiero de Europa occidental, gracias a su importante puerto marítimo y a su mercado de lana. Esta situación se vio interrumpida cuando la ciudad fue anexada al condado de Flandes, y perdió gran parte de sus privilegios.

Cincuenta años después, con el comienzo del Siglo de Oro, Amberes se convierte en “La ciudad más bella del mundo”. Los pintores Quinten Metsys, Bruegel, el impresor Plantin, y los humanistas y científicos Lipsius, Mercator, Dodoens y Ortelius son algunos de los nombres más famosos de aquella época.

En la segunda mitad del siglo XVI, concretamente en el año 1585, se produce la llamada Caída de Amberes, pues la ciudad se encontraba en el centro de la lucha político-religiosa entre el Norte protestante y la España católica.

Tras la Caída, Amberes queda controlada por Felipe II y los Países Bajos del Norte cierran el Escalda. Este desastre conllevó una despoblación de la ciudad, que fue abandonada tanto por los protestantes, como por buena parte de la elite comercial e intelectual de la ciudad. Aún así, continuó la expansión cultural con importantes pintores de la talla de Pedro Pablo Rubens, Anton Van Dyck, Jacob Jordaens o David Teniers el joven.

Desde ese momento, Amberes se convierte en una ciudad de provincia, y sufre en tiempos de Napoleón la devastación y el expolio de obras de arte.

Ya en el siglo XX, y después de las dos guerras mundiales, la metrópoli vuelve a experimentar un crecimiento económico y encuentra el reconocimiento internacional gracias a su riqueza histórica y cultural.

Edificaciones palaciegas, museos, iglesias, barrios... Amberes es una ciudad repleta de puntos de interés para el viajero en Flandes.

La Onze-Lieve-Vrouwekathedraal de Amberes empezó a construirse en el año 1352. El templo, de grandes dimensiones, mide 123 metros de altura y tiene nada menos que siete naves.

Nuestra Señora de Amberes pasó a ser Catedral en el año 1559. En la actualidad, no quedan muchos restos del mobiliario original, y los últimos vestigios de la edificación original fueron derribados a finales del siglo XV.

El templo tardó en construirse aproximadamente 169 años. Tras este periodo se trató de realizar una gigantesca ampliación, que quedó del todo paralizada tras un gran incendio en la nave principal de la iglesia.

A pesar de los varios saqueos sufridos a lo largo del tiempo, el edificio alberga tesoros de gran valor, como la obra maestra “El Descendimiento de la Cruz” de Rubens.

Además, en la actualidad, la Catedral se encuentra en su mayor momento de esplendor, gracias a una meticulosa restauración durante 20 años.

La iglesia de Sint-Pauluskerk de Amberes formaba originalmente parte de un extenso convento dominico.

Esta iglesia, que data de 1751, ha sufrido numerosas calamidades y desastres, entre ellos los incendios de 1679 y 1815. El templo fue, además, expoliado por los franceses, que se llevaron varias de las obras de arte que en él se guardaban.

Actualmente la iglesia, restaurada, poseé unas 50 grandes obras, más de 200 esculturas, altares barrocos, un mobiliario de excelente factura y un órgano (considerado uno de los más importantes del país) que data del siglo XVII.

Entre los artistas representados en San Pablo se encuentran Van Dyck, Rubens, Jordaens, Teniers, Van Milden, Verbruggen o Van Baurscheit.

La iglesia Sint-Andrieskerk de Amberes, construída en estilo gótico florido, cuenta con una superestructura de estilo barroco florido.

San Andrés fue inaugurada en el año 1529.

Sus mayores atractivos y curiosidades son su interesante torre (que se mantiene en pie a pesar de las guerras, bombardeos y disparos a los que ha tenido que hacer frente), el altar mayor, que data del siglo XVII, el valioso armario de las reliquias de los XXXVI Santos, un púlpito del 1821, una lápida en conmemoración de la Reina Mary Suart de Escocia y una estatua de San Pedro perteneciente a Artus Quellin el Viejo.

Otros templos religiosos interesantes en Amberes son Sint-Jacobskerk (San Jaime) y Sint-Carolus Borremeuskerk (San Carlos Borromeo).

En San Jaime (construida entre 1491 y 1656) el visitante podrá visitar la tumba del artista Pedro Pablo Rubens. El templo cuenta con una rica decoración, pues fue financiado por la alta burguesía de la ciudad.

Por otra parte, San Carlos Borromeo (edificada entre 1615 y 1621) poseé una fachada barroca muy interesante, en cuya realización participó Rubens.

Capítulo aparte merece la vida del artista Pedro Pablo Rubens, uno de los mayores iconos de la ciudad de Amberes.
Pedro Pablo Rubens nació en Westfalia (Alemania), en el año 1577. Sus padres eran de Amberes, lugar al que con la edad de 10 años llegaría el artista con su madre, tras la muerte de su padre.

La educación del artista fue muy amplia. Inició estudios de pintura en el taller de Verhaecht, y luego pasó al lado de otros dos maestros locales. Cuando cumplió la veintena ya era considerado un excelente pintor por sus cohetanios

Tras una gira por Italia y España, vuelve a Amberes donde se casa con Isabel Brandt. El artista atiende a una gran clientela de la burguesía local, y los gobernadores de Amberes le eximen de pagar impuestos, para evitar que se marche, dado que su fama es conocida por toda Europa y sus servicios son muy reclamados.

Dominaba seis idiomas y era una especie de gran maestro de la cultura. Su estilo, barroco, complejo y apasionante estaba lleno de exhuberancia, luz y carnalidad.

El pintor falleció en la propia ciudad de Amberes en 1640. Diez años antes se había casado por segunda vez, con Elena Fourment. Era un ser enormemente vital, arrollador, que desplegaba una inusual actividad, y que amaba por igual la pintura y la palabra, ya que se conservan de puño del artista numerosas cartas y apuntes.

En Amberes se puede visitar la Rubenshuis, una edificación con aire de palacete dónde se encontraban la vivienda y el taller del pintor. La casa poseé un patio interior, un pórtico barroco y un jardín de estilo renacentista diseñador por el maestro.

Su interior alberga unas diez obras de Rubens, un autorretrato, Adán y Eva en el Paraíso, La Batalla de Enrique IV o un retrato de Antón Van Dyck de cuando aún era un muchacho. Hay también numerosos objetos de la época, como una silla que usaba Rubens como decano de su gremio.

La Plaza Mayor nos muestra la riqueza y el poderío de los distintos gremios de la ciudad de Amberes.

La Plaza Mayor de Amberes es un fantástico ejemplo del poder político de la ciudad. Las casas gremiales, soberbias construcciones llenas de decoraciones doradas, y por supuesto, el Ayuntamiento.

El Ayuntamiento, que fue construído entre los años 1561 y 1565 por el arquitecto Cornelis II Floris de Vriendt junto al italiano Nicolo Scarini, está realizado en un estilo arquitectónico novedoso para la época y muy imitado posteriormente, el estilo renacentista italo-flamenco.

El barrio del “Zuid” es actualmente uno de los más atractivos y en auge de la ciudad de Amberes.

Relacionado con el mundo cultural de Flandes, la zona “Zuid” (sur) de Amberes es sinónimo de vanguardia, arte y estilo de vida bohemio.

El barrio cuenta con un ambiente especial que atrae irremediablemente al visitante. Hace años fue el hogar de multitud de artistas, desde poetas hasta actores o pintores. Este hecho se ve claramente reflejado en las edificaciones del lugar, llenas de exquisitez arquitectónica y bellos ejemplos del Art Nouveau y del Clasicismo.

El Koninklijk Museum Voor Schone Kunsten (Museo de las Bellas Artes de Amberes) se encuentra en las proximidades.

El Koninklijk Museum Voor Schone Kunsten de Amberes guarda obras de arte de dentro y fuera de la región que datan desde el siglo XIV hasta nuestros días.

El Real Museo de las Bellas Artes de Amberes se encuentra en la actualidad cerrado hasta finales del 2017 por motivos de reforma. Aún así, es posible contemplar algunos de sus fondos gracias a su exposición en diversos puntos de la ciudad . Permanecen abiertos el archivo y la librería del museo.

El museo conserva alrededor de 7600 pinturas, esculturas, dibujos y estampaciones. Pintura flamenca primitiva, Jan Van Eyck, Bruegel, Anton Van Dyck obras de Pedro Pablo Rubens y del Barroco, Herni De Braekeleer y el expresionismo flamenco y la mayor colección del mundo de Rik Wouters. También atesora pinturas de Jean Fouquer, Tiziano, René Magritte y Modigliani y esculturas de Zadkine o Rodín.

Una increíble edificación con cinco salas de museos para exposiciones semi-permanentes y una para exposiciones temporales, cuya misión es la de ofrecer una visión de la ciudad de Amberes, su historia y su conexión con el mundo.

En el puerto de Amberes se encuentra el recientemente inaugurado museo MAS. Una impresionante torre de sesenta metros que alberga un café, una tienda de regalos, un depósito, seis salas expositivas, y un restaurante-terraza con vistas a la ciudad y al río Escalda.

El MAS explica la historia de Amberes y su gente, con una visión del mundo llena de diversidad y respeto por las diferentes culturas. Entre los fondos del museo se encuentran las colecciones del Museo Marítimo, el Museo del Floclore, el Museo Etnográfico, y parte de la colección del Museo Vleeshuis.

En Amberes nació la moda belga. Nombres reconocidos internacionalmente, como Dries Van Noten, Dirk Bikkembergs, Raf Simons o Petter Pilotto, hacen totalmente necesaria la existencia del MOMU.

Amberes poseé una impresionante lista de diseñadores que han triunfado más allá de sus fronteras. Estos creadores han dado prestigio a la ciudad, y la han convertido en el centro de las tendencias.

El ModeMuseum o MOMU se encuentra situado en pleno corazón de la moda belga, en la avenida de paseo Nationalestraat. El museo comparte la calle con las tiendas e instituciones más vanguardistas de la ciudad: el Palacio de Moda de Dries Van Noten, la boutique de Walter Van Beirendonck, el Flandes Fashion Institute o la Escuela Superior Artesis con su “Academia de Moda”.

En el MOMU el visitante podrá disfrutar de exposiciones temporales y de la colección atesorada por el museo desde su apertura.

Una colección de unos 25.000 objetos, entre los que se encuentran prendas de ropa, zapatos, accesorios, tocados... Su política es la de coleccionar desde vestiduras históricas (sus piezas más antiguas datan del siglo XVI), hasta piezas contemporáneas de diseñadores como Dries Van Noten, Yohji Yamamoto, Bernhard Willhelm, Ann Demeulemeester.. y mantenerlas en las mejores condiciones posibles.

Amberes es sin lugar a dudas la ciudad del diamante, con una cifra de ventas anual de aproximadamente 39.000 millones de dólares.

Cerca de la Estación Central de Amberes, y en un radio de apenas un kilómetro cuadrado de superficie, se encuentra el mayor centro diamantífero del mundo, y es que la ciudad de Amberes acoge 4 Bolsas del Diamante, más de 1.500 empresas, 350 talleres y varias escuelas donde se enseña el arte de pulir diamantes.

Aproximadamente de cada 10 diamantes que hay en el mundo, 7 han pasado por Amberes, lo que hace que los precios con los que uno se encuentra allí sean muy competitivos.

Cinco siglos de tradición y los sellos internacionales “Antwerp Quality” (calidad de Amberes), y “Cut in Atwerp” (Cortado en Amberes), avalan el alto nivel de calidad y el saber hacer de los miles de diamantistas que trabajan en el sector.

El Museo del Diamante de Amberes (Diamantmuseum), está dedicado a la historia del diamante, el tallado y la labor artesanal en la región. Entre algunas de sus piezas más representativas se encuentra una réplica de las joyas de la Corona Británica con dos de los diamantes más grandes del mundo. Además, los visitantes pueden ver cómo talladores profesionales trabajan esta piedra preciosa allí mismo, y también adquirir joyas a precios bastante asequibles.

Junto al Museo del Diamante se encuentra el bello Zoo de Amberes, que con más de cien años de historia es uno de los zoológicos más antiguos de Europa.

Tanto si se va acompañado de niños como si no, es recomendable realizar una tranquila visita al Zoo de Amberes, fundado en el siglo XIX. La visita lleva su tiempo, pero merece la pena dedicar una mañana a pasear y disfrutar con la fauna que ofrece el lugar.

El zoológico es el hogar de numerosas especies animales, pingüinos, leones, hipopótamos, jirafas, elefantes... así hasta 6.000 animales.

Las instalaciones permiten que los animales que viven en el centro se encuentren en las mejores circunstancias, ya que el Zoo colabora con programas de cría de animales en peligro de extinción, por lo que recrea sus hábitats naturales con todo lujo de detalles.


Tras la visita al Zoo, si el visitante aún tiene ganas de más, puede cruzar la plaza de la Estación y descubrir Aquatopía, con más de 10.000 especies de peces exóticos.

Ocio y Gastronomía en la ciudad más grande de Flandes, Amberes (Antwerpen).

Pasear por Amberes es una delicia, pues cada rincón nos muestra un poco de la historia del lugar y de su antiguo esplendor artístico. Pero Amberes ofrece aún más al visitante, ya que la ciudad está llena de vida, gracias a sus restaurantes, bares, tiendas, terrazas, parques y por supuesto, su puerto marítimo.

Absolutamente todo su casco antiguo es peatonal, para facilitar al visitante el paseo por el centro de la ciudad y la relajación. Es muy común ver a la juventud moviéndose por la urbe en bicicletas. Un medio de transporte ecológico y que no provoca atascos.



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